10 buenas razones para viajar en tren por Suiza
Suiza cuenta con una de las redes ferroviarias más densas y extensas, el servicio más puntual y algunos de los trenes de montaña más espectaculares de Europa. Hasta los relojes de las estaciones son legendarios. Los buscadores de emociones fuertes se ven atraídos por trenes de montaña que los llevan a los picos más elevados y los lugares más remotos en este país pionero del ferrocarril. Paseos en familia, viajes de negocios, con la bicicleta sobre el tren o camiones sobre trenes de carga: las ventajas del ferrocarril parecen infinitas.
1. Red ferroviaria
La fiebre del ferrocarril se propagó por Suiza a fines del siglo XIX y a su paso extendió rápidamente su red dejando conectados a todos los pueblos, incluso los más recónditos. Se utilizaron todo tipo de posibilidades tecnológicas para lograrlo, incluyendo trenes de cremallera, funiculares y teleféricos. En la actualidad, una densa red ferroviaria cubre unos 5.100 km a través de todo Suiza. La mayoría de las líneas férreas (3.173 km) son operadas por los Ferrocarriles Federales Suizos (SBB), seguidos por BLS (520 km) y otras 38 empresas ferroviarias privadas.
2. Simplemente el mejor
Los ferrocarriles suizos ocupan el primer lugar en el Índice Europeo de Ferrocarriles 2017, superando a las empresas ferroviarias de Dinamarca, Finlandia, Alemania y Suecia.
3. Puntualidad
Los trenes suizos son puntuales y los tiempos de espera entre conexiones son muy cortos. Esto se debe al cronograma sincronizado de Suiza: durante el día al menos un tren por hora parte de cada estación por lo menos en una dirección. Zúrich se encuentra en el corazón de esta red férrea estrictamente cronometrada, con trenes que llegan a la estación central justo antes de la hora y parten unos minutos después de la hora. Detrás del horario sincronizado se encuentran los tres ingenieros del Spinner Club que lograron contrarrestar la competencia del transporte vial: el número de pasajeros había caído a 216 millones de 1970 a 1980, pero luego de la introducción del horario sincronizado alcanzó 264 millones en 1990 y 430 millones en 2014.
4. Túneles que baten records
Más de 350 km de vías férreas suizas pasan por túneles: uno de los más antiguos del mundo fue el Túnel de San Gotardo, inaugurado en 1882 y de unos 15 km de largo. Desde junio de 2016 ha sido reemplazado por el nuevo Túnel de Base de San Gotardo, el túnel ferroviario más largo del mundo con una longitud de 57 km. A través de los dos túneles que conectan Erstfeld y Bodio viajan hasta 325 trenes por día a una velocidad de hasta 250 km/h, reduciendo en una hora el tiempo de viaje para llegar a Italia. El beneficio es doble para el transporte de carga, que viaja a cuestas de vagones de carga para llegar a destino más rápido que antes y con la ventaja adicional de proteger el paisaje alpino gracias al sistema de 'carretera rodante'.
Subterráneo que bate records: Suiza no tiene demasiados ferrocarriles subterráneos de los que hablar, pero el de Lausana bate récords mundiales con sus 336 metros de desnivel entre el punto más alto y el más bajo.
5. Horario sincronizado
Los trenes suizos siguen un sofisticado horario sincronizado: parten a intervalos regulares que se repiten periódicamente y están conectados con casi todos los sistemas de transporte público, lo que acorta los tiempos de espera al mínimo cuando se realizan conexiones. El horario integrado introducido en 1982 (un tren por hora y horario simétrico alrededor del minuto 0 para todas las rutas) permitió un marcado aumento del 31% en la cantidad de trenes en circulación en los enlaces de larga distancia. El sistema se completó con la introducción del principio de nodos ferroviarios como parte del proyecto “RAIL 2000”, garantizando una cadencia horaria y semi-horaria de enlaces simétricos en ambas direcciones entre las principales estaciones del país. Este sistema ha demostrado ser efectivo y es utilizado como base para la planificación del horario actual.
6. 'Mi' tren
La oferta ferroviaria cubre prácticamente todas las necesidades de los pasajeros, ya sean niños, mujeres de negocios, entusiastas de los deportes, familias con perros o jubilados. Los niños son libres para correr y jugar en el 'vagón familiar Ticki Park' – un verdadero parque de juegos sobre ruedas. Mientras tanto, los adictos al trabajo pueden dedicarse a lo suyo en el compartimiento de negocios, equipado con mesas, tomas de corriente y acceso a Internet. Los que buscan algo de paz y tranquilidad pueden escoger asientos en el compartimiento silencioso, donde no se permiten los teléfonos celulares. Los fanáticos del deporte, por otro lado, pueden llevar su bicicleta con ellos sobre el tren y colgarla de un gancho especial. ¡Cada uno tiene su tren! El modelismo ferroviario cuenta con una gran cantidad de seguidores. Algunos coleccionan trenes a escala o toda una maqueta con vías en miniatura e incluso las exponen al público. Y por supuesto estos entusiastas de los trenes realizan su peregrinaje junto con otros fanáticos a los numerosos eventos organizados por empresas ferroviarias, se suscriben a revistas especializadas, visitan museos y toman numerosos fotos y las postean online con hashtags que van de lo nostálgico a lo ultra-modern.
7. Carretera rodante
Como país de tránsito en el corredor norte-sur y al mismo tiempo una tierra montañosa, Suiza enfrenta desafíos particulares con el tránsito pesado. La Iniciativa Alpina adoptada en 1994 llevó a una expansión sistemática del transporte y favoreció la transferencia de carga de la carretera al ferrocarril. Hoy la carretera rodante permite transportar no solo contenedores sino también vehículos de carga pesada de 44 toneladas. Estos camiones pueden atravesar Suiza durante el fin de semana (cuando está prohibida la circulación de camiones), mientras el conductor duerme nueve horas y así cumple con su período de descanso reglamentario. Más de 100.000 camiones cruzaron los Alpes suizos en 2015 sobre la carretera rodante en el eje Lötschberg-Simplon. Del total neto de 140,6 millones de toneladas de mercaderías que cruzaron los Alpes en 2013, 47,5 millones fueron transportadas por ferrocarril – y ya es una tendencia en alza.
8. El reloj ferroviario de culto
Diseñado en 1944 por el ingeniero suizo Hans Hilfiker, en ese entonces empleado de los ferrocarriles suizos, el reloj que adorna todas las estaciones de tren del país no se ha modificado desde su creación y sigue siendo muy codiciado. Veinte millones de francos suizos fue el monto que Apple tuvo que pagar a SBB por el uso ilegal de la esfera del reloj en su iPad. El reloj Mondaine, con su estilo despojado que sigue los principios de la Bauhaus y su segundero que imita la tradicional señal roja de partida de los trenes, es famoso por el peculiar salto de su minutero (la aguja de los segundos se detiene 1,5 segundos antes de pasar al siguiente minuto) y esto sigue siendo de gran importancia para el tránsito ferroviario en la Suiza moderna. Dado que los trenes siempre abandonan la estación precisamente en el minuto, es más fácil de esta manera para los pasajeros estimar cuánto tiempo queda antes de la partida. Los relojes están presentes en todas las estaciones de tren de Suiza, pero también se los puede encontrar colgados en las paredes de los hogares o como reloj pulsera en las muñecas de la gente. Además se exhiben originales del reloj ferroviario en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y el Museo del Diseño de Londres.
9. Trenes para los amantes de las sensaciones Fuertes
Algunos trenes son piezas únicas dotadas de equipos especialmente diseñados para poder acceder a los rincones más recónditos de las montañas. Algunas de estas líneas históricas han sido restauradas y modernizadas para seguir ofreciendo un servicio cargado de sensaciones fuertes.
Esto no es una montaña rusa en un parque de diversiones, sino el funicular de Gelmer/Haslital que se inauguró en 1926 en el paso de Grimsel a 1.859 metros de altura. Su inclinación de 106% lo convierte en el funicular más empinado de Europa… ¡emoción garantizada!
El funicular más antiguo (1879) transporta a los pasajeros desde el lago de Brienz hasta las cascadas de Giessbach sin motor: aun hoy el mecanismo funciona únicamente con un sistema de contrapeso hidráulico, que empuja un coche hacia abajo mientras el otro sube. En 2015 este sistema automático (el primero en su tipo) que permite el movimiento simultáneo de dos vagones en ambas direcciones, fue declarado 'Hito Histórico de la Ingeniería Mecánica' por la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Mecánicos.
El ascensor de Hammetschwand es el ascensor al aire libre más largo y también el más rápido del mundo: recorre 152 metros en menos de un minuto. Permite acceder al Bürgenstock, cerca de Lucerna, a 1.132 metros sobre el nivel del mar. Corazones débiles, abstenerse: muchos pasajeros se tornan pálidos antes de llegar a la cima. Aunque el ascensor es un poco más lento en la actualidad, después de 110 años sigue siendo tan espectacular como la vista del lago de Lucerna.
El Monte Rigi siempre atrajo numerosos visitantes: primero miles de peregrinos, luego escritores como Goethe y Mark Twain, y hasta la Reina Victoria lo subió a caballo en 1868 y luego relató entusiasmada la experiencia en su diario. En 1871 llegó la sensación tecnológica: el primer tren de cremallera de Suiza que conectaba Vitznau con la cima del Rigi. Los viejos trenes aún operan a lo largo de la ruta original con el material rodante de aquella época.
El Niesen aparece en el Libro Guinness de los Récords más de una vez: posee la escalera y el funicular más largos de Europa. El funicular del Niesen se extiende desde Mülenen hasta la cima del Niesen, una montaña con forma de pirámide sobre el Lago de Thun. La escalera de 11.674 escalones a lo largo de la vía solo se abre una vez al año para la carrera Niesenlauf.
En el momento de su construcción en 1968, el teleférico del Schilthorn era el más largo de Europa, con 7.000 metros de cable y 2.103 metros de desnivel. En la cumbre se encuentra el restaurant giratorio de aluminio y aspecto futurista 'Piz Gloria' que ofrece una vista panorámica de 360 grados. Sin embargo, el teleférico se volvió verdaderamente famoso después de servir como espectacular escenografía de la película de James Bond 'Al Servicio Secreto de Su Majestad' y desde entonces los turistas lo visitan en masa. El helipuerto creado para la película se ha convertido ahora en un magnífico mirador. Todavía es posible revivir las aventuras del agente secreto más celebre visitando la exposición 'Bond World' o el cine o degustando el desayuno especial 007.
10. Boletos para viajar sin problemas
No puede ser más sencillo: UN boleto único para viajar en ferrocarril, autobús y barco por todo Suiza. El Swiss Travel System es una red de transporte público de 26.000 km que cubre todo el país. Hay varias opciones convenientes, como el 'transfer ticket', el abono por un mes a mitad de precio, el abono familiar y el Pase Regional. Para más información.