Federer, el embajador ideal
Roger Federer – el hombre y su juego – encarna la confiabilidad y la excelencia, que también se asocian a Suiza. Además proyecta una imagen de una Suiza moderna y abierta. Este año llegó a los 100 títulos profesionales. Los expertos comparten sus opiniones sobre el papel internacional de Federer.
El Presidente de la Federación Suiza de Tenis René Stammbach cree que Roger Federer es el mejor embajador de Suiza fuera del país y usa una anécdota para demostrarlo: "Hace poco me encontraba en un pequeño pueblo remoto en Argentina durante un viaje personal. Cuando la gente se enteraba de que era suizo, mencionaban a Federer en lugar de los relojes o el chocolate. No hay nadie mejor para vender a Suiza en el extranjero".
La vocera de la Oficina de Turismo de Suiza Véronique Kanel está totalmente de acuerdo. "Si bien Federer transmite una sensación de espontaneidad, representa la confiabilidad, la perseverancia y el trabajo duro. Tiene un atractivo internacional y promueve una imagen positiva de una Suiza moderna, afable y abierta".
Verlo jugar por última vez
A los 37 años, Federer, que es de Basilea, rompió hace poco la barrera histórica de los 100 torneos. Su regreso a Roland Garros a fines de mayo, luego de una larga ausencia, será lo más importante del año tenístico. Hace poco se produjeron escenas de caos afuera de uno de sus partidos en Dubai, cuando el apoyo público a Federer llegó a su punto más alto. "La gente quería verlo a toda costa, porque sabían que, dada su edad, esta podría ser la última oportunidad. Federer es una verdadera leyenda viviente", comenta Mathieu Aeschmann, un periodista deportivo de los periódicos de Tamedia.
Según el historiador Dominique Dirlewanger, quien escribió un libro sobre los suizos, existe una asociación obvia entre Federer y Suiza porque representan valores similares. "Rigor y disciplina combinados con discreción. Federer es un hombre de familia de pies a cabeza y adora a sus dos pares de mellizos. Además, siempre se mantiene fiel a su imagen, transmitiendo una impresión de persona agradable, distinguida y relajada. A los 37 años, Federer aplica toda su experiencia en la cancha, demostrando que la edad puede ser un activo".
Grégory Quin, profesor titular de Estudios Deportivos en la Universidad de Lausana, ve una conexión genuina entre la imagen de Federer, la precisión de su juego y los valores suizos que sus patrocinadores buscan promocionar. "Seis de los doce patrocinadores de Federer son suizos y resaltan esta conexión en sus publicidades. Una campaña publicitaria de los chocolates Lindt, por ejemplo, reivindica a Roger Federer como embajador de la calidad y excelencia suiza. Para Credit Suisse, Federer es un ícono global que personifica los valores del banco, la excelencia y la determinación, mientras Rolex resalta la gracia de su juego y su elegancia refinada".
Admirado universalmente
Según Jean-Philippe Danglade, profesor de marketing en la Kedge Business School, Federer es más que un simple campeón, ya que se ha convertido en una marca: "Se necesitan fama y una imagen personal para construir una marca y Federer tiene ambos atributos. Personifica la elegancia, el poder duradero, la confiabilidad y la continuidad".
En 2018, la revista TIME volvió a incluir a Roger Federer en su lista de las '100 personas más influyentes', con un tributo personal escrito por el cofundador de Microsoft, Bill Gates. Los dos se hicieron amigos cuando jugaron como pareja de dobles en un partido exhibición a beneficio de África. En el tributo en TIME, Bill Gates comenta que Federer parece estar exento de las leyes del envejecimiento en un deporte que requiere disciplina. "Sigue ganando grand slams con una combinación de gracia y agallas. Será un día triste para todos los fanáticos como nosotros cuando cuelgue su raqueta".
Incontables políticos, artistas e intelectuales de todo el mundo han expresado su admiración por este campeón excepcional, incluida la editora en jefe de Vogue y gurú de la moda Anna Wintour, que también se cuenta entre los amigos de Federer. "He viajado por todo el mundo para sus torneos. He soportado la agonía cuando estaba un set abajo y el éxtasis cuando remontaba un partido. Todos se consideran fanáticos de Roger Federer. Yo me considero una groupie".
Un hambre insaciable de victoria, combinado con clase y un sentido del fair play: de eso se trata la marca Federer. El ex finalista del Australian Open Marcos Baghdatis de Chipre una vez bromeó que es necesario sentir antipatía por Federer para tener una baja probabilidad de derrotarlo, pero eso es algo que nadie logra.
Adulación en Asia
Federer es famoso en todo el mundo, pero se puede decir que donde más se lo venera es en Asia. Además de su juego, Federer es admirado por su conducta, sus buenos modales y su humildad, valores a los que sus seguidores asiáticos les dan mucha importancia. Federer nunca se vio involucrado en escándalos o controversias ni fue acusado de mal gusto. En el último torneo del ATP Masters 1000 de Shanghai, los fanáticos saludaron a Federer con miles de carteles con el slogan 'Siempre peRFecto'.
En agosto de 2018, el 20 veces campeón de Grand Slam abandonó a Nike, que lo había vestido durante 20 años, y firmó un contrato a 10 años por 300 millones de dólares con Uniqlo, la marca líder de indumentaria japonesa. El director creativo global de Uniqlo, John C. Jay, le explicó al Wall Street Journal, "La colaboración va mucho más allá del deporte. Hay un cierto nivel de discreción y privacidad que apreciamos y es totalmente coherente con nuestros valores". Uniqlo cuenta con Federer para alzar el reconocimiento global de su marca con la intención de superar a Zara y H&M en el Sudeste Asiático, especialmente en Tailandia, Filipinas y Malasia.
Si bien Federer es una estrella global, siempre se mantuvo leal a su país, lo que es vital para su imagen como embajador de Suiza. La campaña publicitaria de Lindt capitalizó las raíces suizas de Federer y el país al que él llama su hogar.
Aunque Federer tiene un hogar en Dubai, también posee una propiedad en Valbella en el cantón de Graubünden y acaba de adquirir un terreno en Rapperswil, con acceso directo al Lago de Zúrich, donde planea construir una nueva casa para su familia. "Mientras algunos jugadores franceses han sido criticados por abandonar Francia por motivos impositivos, Federer siempre se mantuvo fiel a sus raíces. Como habla muy bien francés, también tiene una gran cantidad de seguidores en la Suiza Occidental", comenta Grégory Quin.
Leal a Suiza
En 2016, cuando Roger Federer no podía jugar al tenis por una lesión en la espalda y se perdió los Juegos Olímpicos de Río, posteaba fotos en Twitter donde se lo veía caminando por las montañas en Appenzell con vacas, arroyos y picos nevados de fondo, y tuiteaba "Extrañando el Abierto de EE. UU. pero pasándola fantástico disfrutando las montañas suizas". "Publicidad gratuita para Suiza", dice Véronique Kanel de la Oficina de Turismo. "Roger Federer tiene muchísimos seguidores. Es difícil imaginar una mejor publicidad que ver a Roger caminando por las praderas suizas".
A pesar de su fama mundial, Federer sigue muy apegado a su ciudad natal de Basilea, donde vive su familia. Sigue apoyando al club de fútbol FC Basilea y a menudo se lo puede ver en el estadio St. Jakob-Park cuando vuelve a casa. También ganó el torneo de tenis en cancha cubierta de Basilea no menos de nueve veces, incluidos los dos últimos títulos. Federer siempre encuentra tiempo en su apretada agenda para jugar el torneo suizo en cancha cubierta, que le permite estar en contacto con sus seguidores, su ciudad natal y su familia. Como dice Mathieu Aeschmann: "hay dos momentos importantes en la temporada de tenis para Federer: regresar a la cancha central para defender su título en Wimbledon y hacer su entrada a las 6 de la tarde en el torneo suizo en cancha cubierta. Esto se ha convertido en un ritual fijo todos los años, con el locutor que presenta al 'mejor jugador de todos los tiempos' y le da la bienvenida a Federer a su casa, lo que despierta la ovación de pie de la multitud".
Roger Federer, un suizo orgulloso con estilo e inteligencia, es el mejor embajador que Suiza puede tener.