La Suiza ítalo-hablante, tierra de inspiración literaria
¿Sabía que la Suiza italiana, con sus lagos y montañas, aparece en las obras de tres gigantes de la literatura mundial? Acompáñenos en un recorrido literario por la Suiza italiana, con parada en tres de los lugares más emblemáticos de la región: Lago Maggiore, el Lago de Lugano y el Paso de San Gotardo.
Hemingway y Lago Maggiore
Una de las características más impactantes de la parte de Suiza que se encuentra al sur de los Alpes es su gran diversidad de paisajes en un radio de pocos kilómetros. Junto con su italianità -sus vínculos lingüísticos y culturales con Italia- es esta característica la que hace de esta región una joya en la corona de un país conocido por su idílica belleza natural. Basta pensar en la región de Locarno, donde un viaje de apenas 35 kilómetros nos lleva desde las islas Brissago, en el punto más bajo de Suiza, hasta el pueblo de Bosco Gurin, fundado en el siglo XIII por colonos walser que huían de la persecución religiosa, hasta los pies del Pizzo Biela, a 2.863 metros sobre el nivel del mar.
A lo largo de los años, estos paisajes han impresionado a cientos de escritores. Novelas de amor y de guerra, diarios de viaje, relatos autobiográficos y poesías melancólicas han tenido como telón de fondo la Suiza italiana. ¿Sabía, por ejemplo, que Ernest Hemingway, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1954, visitaba con frecuencia el Lago Maggiore? ¿Y que utilizó la ciudad fronteriza suiza de Brissago como escenario para la escena de la huida del oficial médico Frederic Henry y la enfermera Catherine Barkley en Adiós a las armas? Huyendo de la policía militar italiana acusados de deserción después de que las fuerzas alemanas y austrohúngaras hayan roto las líneas en el frente de Caporetto, una noche lluviosa los dos amantes cruzan a remo el Lago Maggiore hasta Suiza, donde encuentran refugio en el pueblo pesquero de Brissago:
Estaba seguro de que estábamos en Suiza. Había muchas casas en la espesura por detrás de la orilla, y, más arriba, mi pueblo con casas de piedra, villas en la ribera y una iglesia. (...) Era una pequeña ciudad de aspecto agradable. Había muchas barcas de pesca, a lo largo del muelle, y redes tendidas sobre los tablados. (...) Forcé el remo izquierdo para acercarme a la orilla y después, cuando estuvimos contra el muelle, enderecé la barca para poder atracar. Después de sujetar los remos, cogí una anilla de hierro y salté a la piedra húmeda. Estaba en Suiza.
Ernest Hemingway, Adiós a las armas, 1929
Borges: de Argentina a Lugano
En el Tesino hay mucho más que el Lago Maggiore: el cantón también está atravesado por arroyos, ríos, lagos alpinos y otro gran lago que comparte con Italia. El lago de Lugano, que resplandece entre las dramáticas cumbres de las montañas, dejó una huella en la mente y la pluma de un joven Jorge Luis Borges. El futuro cuentista y poeta argentino tenía sólo 18 años cuando se trasladó a Lugano con su familia. Durante el año que pasaron en el Hotel du Lac, uno de sus pasatiempos favoritos fue ir a navegar con su hermana Norah. Más tarde, Borges se convertiría en uno de los escritores más entrañables de ficción fantástica.
Junto a las palabras que dictó habrá, creo, la imagen de un gran lago mediterráneo con largas y lentas montañas y el inverso reflejo de esas montañas en el gran lago. Ese, por cierto, es mi recuerdo de Lugano, pero también hay otros. Uno, el de una mañana no demasiado fría de noviembre de 1918, en que mi padre y yo leímos, en una pizarra, en una plaza casi vacía, letras de tiza que anunciaban la capitulación de los Imperios Centrales, es decir, la deseada paz. Los dos volvimos al hotel y anunciamos la buena noticia (no había radiotelefonía entonces) y no brindamos con champagne sino con rojo vino italiano.
Jorge Luis Borges, Atlas, 1984
La Gran Ruta de Dickens
Los dos mayores lagos del Tesino han dejado huella en la literatura, al igual que el paso del Gotardo, conocido también como la puerta de entrada a los Alpes.
Entre los siglos XVIII y XIX, el paso del Gotardo era un punto culminante de la Gran Ruta del continente que los vástagos de la aristocracia europea debían emprender para completar su formación. En sus viajes, descubrían nuevos lugares, conocían nuevas culturas e idiomas y ampliaban sus conocimientos de historia, arte y otras materias. En 1845, Charles Dickens, de cuya pluma nacieron Oliver Twist y David Copperfield, también emprendió la Gran Ruta. El viaje pretendía, aunque no lo consiguió, ofrecerle un descanso de sus labores literarias. Incapaz de dejar la pluma, Dickens escribió muchas cartas a su amigo y futuro biógrafo John Forster. A su regreso a Londres, recopiló sus notas y las publicó como diario de viaje.
Vinimos por el San Gotardo, que lleva abierto sólo ocho días. La carretera está cortada por la nieve, y el carruaje serpentea por un estrecho camino entre dos enormes paredes de nieve de seis metros de altura o más. Enormes llanuras de nieve se extienden por las laderas de las montañas por encima de la carretera, que está a siete mil pies sobre el nivel del mar; y tremendas cascadas, que se abren paso a través de arcos en los vastos desprendimientos, descienden atronadoramente desde los precipicios hasta los profundos abismos, aquí y allá y en todas partes: el agua azul rasgando la blanca nieve con una terrible belleza que es de lo más sublime.
Charles Dickens, Letters from Italy, 1845
Guía literaria de la Suiza italiana
Además de Hemingway, Borges y Dickens, la Suiza italiana ha sido fuente de inspiración para cientos de autores y miles de obras literarias. Con sus propias perspectivas, estos escritores han dado a conocer el Tesino al mundo, desde las reseñas al estilo de los blogs de viajes del siglo XIX de Samuel Butler, incluida su recomendación del Hotel Mendrisio ("mantenido por la Signora Pasta, que no puede ser superado en cuanto a comodidad") hasta la declaración de Eugenio Montale de que Ascona era la "Capri del Norte". La puerta de entrada a este inmenso patrimonio cultural es la Guía Literaria de la Suiza Italiana, un proyecto coordinado por la Ufficio dell'analisi e del patrimonio culturale digitale del Cantone Ticino (Oficina para el Análisis y la Herencia Cultural Digital del Cantón del Tesino). La idea es sencilla: la guía pone a disposición del público una gran cantidad de información en forma de mapa literario y una serie de folletos temáticos.
La Suiza italiana ha dejado huella en la literatura mundial:
- 2.327 citas literarias
- 652 autores
- 324 lugares
figuran en la Guía literaria de la Suiza italiana, una iniciativa financiada por un programa federal de apoyo a la lengua y la cultura italianas.