Vitaparcours, mucho más que un concepto deportivo
Por más de 50 años, miles de personas en Suiza han estado buscando un tipo de deporte al aire libre que involucre creatividad y cercanía con la naturaleza. Deportistas con diversas habilidades usan estos corredores a diario, ya sea corriendo o abriéndose camino en el bosque a un ritmo más pausado.
El primer vitaparcour (sendero de acondicionamiento físico) fue creado en 1968 en Zúrich-Fluntern. Un club deportivo quería convertir su instalación de entrenamiento temporal en algo permanente se dirigió a la antigua compañía de seguros de vida VITA (una filial de la compañía Zúrich Seguros). A VITA le gustó la idea. Y luego de una cuidadosa evaluación proporcionó el respaldo financiero para la puesta en marcha de instalaciones similares en todo el país. La Fundación VITA Parcours se estableció en 1993. La institución apoya el deporte gratuito para las comunidades y la actividad física para las familias, y promueve la concientización sobre la salud entre la población suiza.
Martin Lengwiler, profesor de Historia de la Universidad de Basilea, explica las razones detrás del éxito de los vitaparcours.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, muchas personas en Suiza y en otras partes de Europa pasaron del trabajo manual al empleo en el sector de servicios. Esto, sumado a la introducción de la semana laboral de cinco días, liberó tiempo para otras actividades. Pronto surgieron preocupaciones sobre los aspectos malsanos de los estilos de vida modernos, como el aumento del consumo de alcohol, tabaco y alimentos altos en grasas. Martin Lengwiler está convencido de que estas preocupaciones de salud pública jugaron un papel importante en la motivación de la gente para hacer ejercicio, lo que llevó a muchos a dirigirse a los vitaparcours más cercanos.
En la década del '70, los vitaparcours comenzaron a tener éxito en el extranjero, exportados por turistas que visitaron Suiza y amaron el concepto o difundidos por suizos viviendo en el exterior.
Hoy existen unos 2,500 vitaparcours en diferentes partes del mundo, adaptados al terreno y la población local. Pueden encontrarse en Alemania (donde se los conoce como 'Trimm-dich-Pfade'), en Austria, Francia y Bélgica, pero también más lejos en Estados Unidos, Argentina e Indonesia.
En Suiza hoy existen 500 Zurich vitaparcours y muchos más está siendo construidos. Las comunas y asociaciones deportivas que deseen desarrollar este tipo de facilidades en su región deberán contactar a la dirección de vitaparcours, la cual proveerá a los interesados con señaléticas y paneles informativos de manera gratuita. El diseño y mantenimiento queda a cargo de los aplicantes. "Estamos felices de recibir pedidos para nuevos vitaparcours. En promedio, recibimos 20 pedidos cada año," dice Barbara Baumann, titular de vitaparcours en la fundación RADIX Swiss health foundation, que opera en representación de la Fundación VITA Parcours.
El principio de estas rutas marcadas al aire libre es simple: promover el deporte entre los miembros de la comunidad ofreciéndole a cada ciudadano la oportunidad de entrenar a su propio ritmo, en los días y horas más convenientes para cada uno. Un típico circuito de vitaparcours tiene entre 2 y 2,5 kilómetros de extensión, con unos 15 espacios a lo largo del camino equipados con objetos naturales como troncos, los cuales brindan a los usuarios la oportunidad de moverse de formas creativas, usando principalmente el propio peso del cuerpo.
Panales con información integral indican el número de kilómetros cubiertos, el nivel de inclinación y algunos ejercicios posibles. En total se ofrecen más de 40 actividades a lo largo de las 15 postas del circuito. Adicionalmente, un cuadro al final resume las calorías consumidas con el ejercicio realizado.
Julia, una usuaria entusiasta de estos circuitos, dice que los vitaparcours le han permitido ocuparse mejor de su salud: "Es muy motivador correr de un punto a otro, haciendo ejercicios que trabajan la movilidad, la agilidad y la resisencia, combinados con un poquito de entrenamiento de cardio," asegura. Pascal va con su familia los domingos por la mañana: "Es nuestro ritual de domingo luego del desayuno. Ayuda a la cohesión familiar, nos mantenemos en contacto con la naturaleza, y los chicos descargan su energía jugando," dice. Y agrega: "No hay competencia entre nosotros, todos completamos el circuito a nuestro propio ritmo ¡y siempre terminamos juntos y de buen humor! A veces uno se encuentra personas competitivas que monitorean los beneficios de su esfuerzo midiendo sus latidos, pero ése no es nuestro objetivo."
A lo largo de los años, el concepto de los vitaparcours fue adaptado y actualizado para estar al día con los últimos estándares científicos en materia deportiva, gracias a la colaboración con el Instituto Federal de Deportes Magglingen. Si bien Suiza no escapó al boom de los gimnasios locales, con máquinas y clases disponibles a toda hora del día (y de la noche), los vitaparcours no hay perdido un ápice de popularidad. De hecho, son más demandados que nunca, en un momento en el que la gente se preocupa cada vez más por la salud, el desarrollo susentable y el regreso a la naturaleza.