Joven emprendedora suiza innova en salud femenina
Lea von Bidder es una de las jóvenes emprendedoras más exitosas de Suiza. Es una de las fundadoras de Ava, una innovadora startup suiza de tecnología médica que trabaja en salud reproductiva de las mujeres. La ambición de Lea es empoderar a las mujeres a través del avance de la investigación médica.
La sede de Ava en Zúrich se parece mucho a un espacio de estudiantes: jóvenes trabajando detrás de computadoras en una gran oficina de planta abierta con paredes desnudas. Algunas plantas y lámparas de papel son suficientes como decoración. Pero esta es una de las empresas tecnológicas emergentes del país. En septiembre, Ava ganó el Premio Suizo a las Startups por segundo año consecutivo. Su brazalete sensor que ayuda a las mujeres a detectar sus días fértiles ha sido elogiado por expertos por su tecnología inteligente. Los inversores se han sentido atraídos y se vende bien en los Estados Unidos y en Suiza, donde se lanzó al mercado hace dos años. Lea von Bidder, cofundadora de Ava, apareció en la lista de Forbes entre los 30 jóvenes emprendedores más importantes en 2017. Y tiene una visión: empoderar a las mujeres con la ayuda de la investigación médica de alta tecnología.
Lea, de 28 años, estudió en la Universidad de St. Gallen y luego realizó una maestría en emprendedurismo global en la Ecole de Management en Lyon, Francia, la Universidad Zhejiang en China y la Universidad Purdue en Indiana. A los 22 años, se mudó a la India para crear su primera startup junto con una amiga de la Universidad: la marca de chocolate premium L’inoui. Según Lea, una mujer alta de ojos locuaces, esta experiencia en la ciudad de Bangalore fue fundamental para su carrera. Allí comprendió lo que se necesita para crear una verdadera empresa a partir de una idea en papel. “Lo más emocionante, pero también el paso más difícil de comenzar una empresa, es el momento en el que uno trata de decidir si lo va a convertir en realidad o no”. La chocolaterie en Bangalore aún existe, pero Lea siguió su camino desde entonces.
Tecnología médica para empoderar a las mujeres
De vuelta en Zúrich en 2014, Lea cofundó Ava junto con Pascal König, Peter Stein y Philipp Tholen. La idea de aplicar tecnología de sensores para rastrear los ciclos menstruales surgió inicialmente de dos de sus cofundadores. “Ambos tenían historias muy personales acerca del seguimiento de los ciclos con sus parejas. Y ambos habían manejado startups de sensores”. La idea era modernizar el seguimiento de los ciclos. “Siento que nosotras, como mujeres, hemos tratado el ciclo menstrual, el embarazo y todos esos temas con un halo de misterio y de estigma. Creo que era realmente importante traer esto al siglo XXI y desmitificar esos aspectos de nuestras vidas. Mientras sigan rodeados de misterio seguirán, en cierta medida, estigmatizados”.
El brazalete sensor de Ava recoge 3 millones de puntos de datos durante el sueño, datos fisiológicos sobre la respiración, calidad del sueño, frecuencia cardíaca y otros parámetros que se correlacionan con un aumento en las hormonas reproductivas. El brazalete se conecta con la app de Ava que usa un algoritmo para identificar los días fértiles, además de los niveles de estrés fisiológico, la calidad del sueño y otros elementos en tiempo real. “Todo se trata del empoderamiento”, dice Lea. “Los datos nos empoderan para tomar decisiones informadas”. Enfatiza la importancia de dar a las mujeres las herramientas adecuadas para comprender lo que sucede en sus cuerpos.
El brazalete, lanzado en los Estados Unidos en julio de 2016, puede adquirirse en 34 países y según datos de Ava ha ayudado a más de 16.000 mujeres a quedar embarazadas.
Alcance internacional con raíces suizas
La startup emplea a unas 100 personas y tiene oficinas en San Francisco, Hong Kong, Makati y Belgrado, además de su sede central en Zúrich. Lea dirige el departamento de marketing desde la oficina en San Francisco. Elogia al Silicon Valley por la presencia de fuertes redes de apoyo y oportunidades para las startups. “Hay un ecosistema increíble en la zona que es difícil de encontrar en otro lugar”. Si bien Lea vive en San Francisco, viaja a Suiza cada seis semanas para conectarse con sus colegas en el equipo local y visitar a su familia.
Alta tecnología suiza
La tecnología para el brazalete sensor de Ava fue desarrollada en el Centro Suizo de Electrónica y Microtecnología, CSEM, en sociedad con los Laboratorios Federales Suizos de Ciencia y Tecnología de los Materiales, Empa, y el Hospital de la Universidad de Zúrich. “Suiza es increíble”, dice Lea. “Quiero reconocer especialmente a la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y a la de Zúrich (ETH), que están haciendo un trabajo brillante. En mi opinión, esas dos universidades impulsan todo el ecosistema de startups, lo que convierte a Suiza en un lugar perfecto para la innovación tecnológica”.
Pero Lea no solo quiere vender el producto de Ava en el mercado. Quiere posicionar a la startup como una empresa de tecnología médica que lleva a cabo investigación pionera en salud de las mujeres. Sostiene que muchos productos y tratamientos médicos en esta área no se actualizan desde hace décadas. Eso se debe en parte a la falta de financiamiento para investigación en salud femenina, pero también a “un cierto sexismo en la investigación”, dice Lea. “Eso empuja a las mujeres, que constituyen la mitad de la población, a situaciones en las que en realidad no se resuelven sus problemas”. La visión de Lea para Ava es marcar una diferencia en las diversas etapas de la vida de las mujeres, no solo antes y durante el embarazo, sino también para prevenir embarazos no deseados o durante la menopausia. En la actualidad, el brazalete sensor no se puede utilizar como método anticonceptivo, pero los investigadores de Ava están trabajando en ello.
Rol de liderazgo de las mujeres
Lea es una de las relativamente pocas mujeres emprendedoras en Suiza. Solo un 14,5% de las empresas de Suiza fueron fundadas por mujeres. Según Lea, para tener más líderes mujeres en empresas tecnológicas en particular se requiere que más mujeres estudien las disciplinas CTIM. Además, las mujeres se esfuerzan por lograr un equilibrio entre el comportamiento típico de un emprendedor y el tipo de comportamiento que ellas aprecian. “Necesitan aprender que los atributos típicos que se necesitan como emprendedor no son necesariamente malos para nosotras”.
Lea es una líder nata. “Me encanta manejar la empresa junto con los cofundadores, pero también creo que podría hacer algo más. No soy una de esas emprendedoras que piensa que solo puedo trabajar para mí”. La gestión de equipos es lo que más disfruta en su trabajo diario en este momento. “Hace un año, todavía hacía la mayoría de las cosas sola. Hace dos años, hacía todo por mi cuenta. Se va incorporando más gente que va ocupándose de más aspectos de mi trabajo y es fascinante cómo eso cambia tu campo de actividad. Cada año hago cosas completamente diferentes y eso es realmente interesante”.