A toda velocidad gracias a las baterías suizas
¡Todos a bordo! Estamos en el Ellen, el mayor ferry cien por ciento eléctrico del mundo. Mientras realiza su travesía regular, no se oye ningún ruido ni se ve ninguno de los humos de un motor diesel. Sin una sola gota de combustible pesado, el Ellen allanó el camino para nuevos avances en la movilidad marítima eléctrica. La electrificación de la navegación está ganando terreno, contribuyendo de manera importante al transporte libre de emisiones. Entre los líderes mundiales en soluciones innovadoras de transporte electrónico se encuentran empresas suizas como Leclanché.
Mientras los pasajeros abordan el Ellen en su puerto natal en la isla danesa de Ærø, al e-ferry más poderoso del mundo le toma entre 30 y 60 minutos cargar sus baterías. Esta embarcación de 60 metros de eslora y un peso de casi 750 toneladas presenta una de las capacidades de batería del mundo jamás instaladas en un barco.
El Ellen ha navegado entre las islas danesas de Søby y Fynshav desde el verano de 2019. Hace la travesía cinco veces al día con hasta 200 pasajeros y 40 vehículos a bordo. Teniendo en cuenta que el viaje ida y vuelta es de 41 km, su alcance operativo es actualmente siete veces mayor que el de otros transbordadores eléctricos. La duración del viaje es un factor decisivo en la elección de la propulsión del motor: cuanto mayor sea la distancia, más eficiente será la tecnología.
Una compañía suiza se hace a la mar
Con sus motores silenciados que funcionan con 56 toneladas de baterías de iones de litio, el Ellen garantiza una travesía tranquila. La empresa suiza Leclanché es uno de los factores claves detrás de este ferry completamente eléctrico. Como líder mundial en la producción de sistemas de almacenamiento de energía, Leclanché equipa con baterías una amplia gama de sistemas y vehículos en todo el mundo, entre ellos el ferry danés Ellen. Leclanché se especializa en la producción de celdas de iones de litio, que se utilizan principalmente en el sector de las energías renovables. En este transbordador se introdujeron varias innovaciones en materia de seguridad, en particular para evitar los incendios causados por el sobrecalentamiento de las baterías. Si la temperatura de la batería llegara a aumentar, la misma se enfriaría automáticamente por una inyección de espuma. No hay ningún generador diesel de reserva a bordo. En cada sala de baterías se almacena una cierta cantidad de energía en todo momento. Si fuera necesario apagar una de las salas de baterías, la energía de otra sala podría utilizarse para llevar el barco a puerto de forma segura. No se utiliza combustible pesado para hacer funcionar el barco. De este modo, el Ellen prepara el camino para la adaptación sostenible de los buques.
La era de la movilidad eléctrica
La industria del transporte se enfrenta al gran reto de tener que desarrollar tecnologías más ecológicas para reducir las emisiones contaminantes, tanto en el transporte de pasajeros como en el de mercancías.
En el transporte de cargas, el 13% de las emisiones de CO2 en el Espacio Económico Europeo son atribuibles al transporte marítimo. Las empresas y consumidores europeos dependen en gran medida de los bienes importados de todo el mundo, y el transporte marítimo sigue siendo la forma más barata de transportar bienes alrededor del planeta. Casi el 90% de la carga externa de la UE se transporta por mar. La Agencia Europea de Medio Ambiente estima que el transporte marítimo representa alrededor de mil millones de toneladas de emisiones de CO2 cada año. Según un informe de la Organización Marítima Internacional, el transporte marítimo mundial podría provocar un aumento de hasta el 250% de las emisiones de gases de efecto invernadero si no se toman medidas adecuadas.
El futuro del transporte motorizado de pasajeros ya no se limita a los coches, trenes y tranvías eléctricos, ya que el transporte marítimo se une ahora también a la revolución de la movilidad eléctrica. Aunque el transporte de pasajeros sólo representa una pequeña proporción de las emisiones del transporte marítimo, ejemplos como el del Ellen son prometedores. Se espera que el Ellen ahorre alrededor de 2.000 toneladas de CO2 al año. Esto puede ser literalmente una gota en el océano cuando se compara con las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero es un paso importante hacia una industria de la navegación más ecológica.