Törbel

La aldea suiza que cambió la ecología – dos veces

Una pequeña aldea suiza de montaña en la hermosa región del Valais Superior cerca del Matterhorn se distingue por haber ayudado a cambiar la ecología – dos veces. Todo se debe a sus buenos registros y al manejo inteligente de sus escasos recursos hídricos.

Törbel, con 468 habitantes, se encuentra en una ladera a 1497 metros de altura sobre la ciudad de Visp. La aldea está orgullosa de sus tradiciones. Más del 80% de la población es nacida en Törbel, incluso en la actualidad.

Soluciones pacíficas en las alturas 

A los locales se los conoce en Suiza como “Toros”. No se sabe por qué. Tal vez por su belicosidad en otros tiempos, sugiere el alcalde Urs Juon con un guiño. Pero su habilidad para resolver problemas en forma pacífica es lo que los catapultó a la historia de la ciencia.

Los meticulosos registros de la aldea, que se remontan a 350 años, inspiraron al antropólogo estadounidense Robert McCorkle Netting a visitar Törbel en 1970 y 1971.

Se sintió atraído a Törbel por el agricultor y etnógrafo suizo Friedrich Gottlieb Stebler, quien escribió sobre el Vispertal, que incluye la aldea.

Törbel

En 1981 Netting publicó una etnología de la vida en el Valais Superior titulada Balancing on an Alp, un estudio del equilibrio ecológico entre los habitantes locales y su ambiente, basado en los registros históricos de la comunidad.

Balancing on the Alps
Balancing on an Alp

Netting destacó el trabajo de los campesinos y su exitosa adaptación al medio ambiente, con un bajo consumo energético y un uso racional de los insumos. Su trabajo ayudó a establecer la ecología cultural como una disciplina científica. Hasta entonces, la gestión ambiental en los Estados Unidos se concentraba en la preservación de la vida silvestre. 

Netting se concentró en ambientes habitados por el hombre y demostró que el hogar es la unidad de gestión más efectiva para la agricultura. Los gobiernos, sostenía, no deberían interferir en la decisión de qué producen los granjeros. Sus hallazgos han cambiado las prácticas ambientales de los gobiernos en todo el mundo. 

La primera mujer ganadora del Nobel de Economía estudió los bisses del Valais 

Luego en los años 80, Elinor (Lin) Ostrom, una "niña pobre" de California, vino a Törbel como investigadora. En la aldea aprendió cómo la comunidad local había logrado manejar los bisses de la región (Suonen en el dialecto del Valais Superior) – los históricos sistemas de canales de irrigación del Valais – desde al menos 1483.

Elinor Ostrom
Elinor Ostrom
© Indiana University 

Junto con su investigación alrededor del mundo, sus estudios sobre Törbel se convirtieron en el centro de su principal obra teórica sobre lo que ella denominó recursos comunes y que la hizo merecedora del Premio Nobel de Economía 2009, si bien no era profesora de economía sino de ciencias políticas. Al día de hoy es la única mujer que recibió el premio.

Ostrom descubrió ocho "principios de diseño" para la gestión estable de los recursos compartidos. Básicamente requieren asegurarse de que las comunidades locales tengan los mismos derechos y responsabilidades en la gestión de los recursos.

Un sistema sin gobierno 

El sistema no requiere de propiedad privada o de un gobierno que lo supervise. Sus principios desafiaron la ortodoxia prevalente, conocida como la tragedia de los bienes comunes, que sostenía que cuando nadie es propietario de un recurso común, todos tienen interés en explotarlo hasta que se extinga en lugar de preservarlo. Se agota la fauna ictícola, las tierras de pastoreo se vuelven campos pelados, los bosques desaparecen y se trabaja la tierra hasta que ya no es fértil. 

La respuesta convencional es la protección estatal o los derechos de propiedad, y esta fue la práctica en muchos países luego de la publicación del artículo sobre la tragedia en 1968. 

El manejo de los canales de riego (bisses) en el Valais demostró que hay otra solución. Nadie es dueño de los cursos de agua y cada persona a lo largo de su recorrido tenía y aún tiene derecho a tomar agua del canal a cambio de unos días de trabajo de mantenimiento por año. Había sanciones importantes para las infracciones, pero nadie tenía un incentivo para tomar mucho más de lo que le correspondía.

Democracia directa en funcionamiento 

Fue una historia increíble de democracia directa en funcionamiento. En el resto del Valais hubo fuertes conflictos entre comunidades vecinas por este escaso recurso, esencial para ganaderos, viñedos, huertas y granjas de hortalizas en el valle del Río Ródano.

Pero Törbel encontró la formula correcta que equilibró la oferta y la demanda. Los métodos de cálculo para asignar derechos de agua en el Valais no eran muy habituales en una época en la que pocas personas sabían leer o escribir. Törbel eligió el momento en el que los primeros rayos del sol alumbran el Weisshorn para indicar cuándo podía comenzar el uso del agua. En otros lugares se utilizaron métodos similares hasta al menos 1950. 

Guy Bratt, un ex cónsul británico en Ginebra que se convirtió en un entusiasta de los bisses, cree que su repentina aparición en los registros medievales se debe a la rentabilidad de la exportación ganadera a Italia, lo que llevó a un aumento en la cantidad de vacas y una reducción de las tradicionales ovejas y cabras del Valais. 

Su breve libro, The Bisses of Valais, sigue siendo tal vez la guía popular más informativa sobre este sistema tradicional de gestión del agua.

springeri bisse
Springeri: the bisse on the village of Törbel 
© Musée des Bisses

Un nombre perdido en el tiempo 

¿De dónde vienen los términos bisse y Suon? Bratt no pudo encontrar explicaciones satisfactorias en sus diccionarios. Un coloquio internacional sobre los bisses que se realizó en Sion en 2010 sugería que los bisses pueden originarse en el término celta bedu (similar a “bed” o “cama” en inglés). Suon, que no se encuentra en documentos anteriores a 1500, podría estar relacionado con el sánscrito su, que significa agua, de los antiguos indoeuropeos. 

Un estudio alemán describió a los bisses actuales como "sin dudas el sistema de irrigación más famoso de Europa". Una estimación de 1994 calculaba que quedaban 376 de un total de 1748, pero depende de qué se cuente. Johannes Gerber en Meiringen mantiene un inventario de 600 bisses. Además, comenta que los trabajadores de los bisses tienen su propia santa: Margarita.

Cada vez más secos 

Los canales son populares entre los turistas, tanto locales como extranjeros, ya que a lo largo de su recorrido muchos tienen senderos sencillos en hermosos paisajes. Pero el valle del Ródano sigue sufriendo escasez de precipitaciones (menos de 600 milímetros promedio por año). Los investigadores de la Universidad de Lausanne estiman que podrían disminuir un 10% para 2050 si se produce el anunciado calentamiento de 2 grados. 

Törbel es ahora un sitio oficial del patrimonio suizo y desde hace tres décadas apoya a una sociedad de preservación. La sociedad mantiene un museo y ocho casas para mostrarles a los visitantes y a los jóvenes locales cómo vivían los habitantes de la aldea (cuatro niños por cama, por ejemplo). 

Los bisses tienen su propio museo en una casa del siglo XVII en Ayent, cerca de Sion. 

Puede leer más sobre la historia de los bisses aquí.