Los bosques suizos: emblemáticos, distintos y económicamente vitales
Los coloridos bosques otoñales y los pinares cubiertos de nieve son tan típicos del paisaje suizo como sus famosas montañas. Además, cumplen diversas funciones: protegen de los riesgos naturales, suministran materias primas, son un hábitat para los animales y constituyen un área de recreación para la gente.
En el pasado, los autores solían describir los bosques y las selvas de la misma manera: misteriosos, incluso aterradores. Durante mucho tiempo se consideraron el hogar de lo sobrenatural y un lugar de exilio para los indeseables. Pero con el paso de los siglos, este miedo se convirtió en aprecio. Hoy en día, los bosques representan un lugar de recreación: un sitio para hacer senderismo, montar en bicicleta, montar a caballo, hacer footing o recoger setas.
Proporcionando un hábitat natural y protección
Los bosques y selvas de Suiza son una característica definitiva de su paisaje. Cubren más de un tercio de la superficie del país y cada año crecen al tamaño del lago de Thun. Una de las razones es la estricta ley forestal suiza, que estipula que los bosques deben ser preservados y distribuidos regionalmente. Esto es necesario ya que los bosques de Suiza protegen a los pueblos y las carreteras de las avalanchas, los deslizamientos de tierra y los desprendimientos de rocas. De hecho, el cincuenta por ciento de las zonas boscosas del país tienen esta función protectora. La ley forestal nacional también garantiza que los bosques suizos puedan regenerarse por sí mismos, sin necesidad de utilizar fertilizantes ni plantaciones. De este modo se crean bosques que pueden servir de importantes hábitats naturales para numerosos animales y tipos de plantas, más de un tercio de los cuales viven en los bosques del país.
Material de construcción de alta calidad
Además, los bosques de Suiza proporcionan materiales de construcción de alta calidad. La casa de madera más antigua de Europa, construida en 1287, se encuentra en el cantón de Schwyz. Suiza sigue suministrando materias primas de sus bosques, en particular para la construcción y la producción de energía. La madera blanda tiene una gran demanda y representa dos tercios de la tala en Suiza. La madera blanda es relativamente flexible, por lo que es fácil de trabajar, y está disponible. Pero el cambio climático es el que más problemas está causando a estos árboles, sobre todo al pino, que es la principal especie en Suiza. Para escapar del aumento de las temperaturas, estos árboles se desplazan a terrenos más altos y a la sombra, y su número está en franco descenso.
Fomentando la sustentabilidad
Suiza fomenta cada vez más el uso de madera procedente de sus árboles autóctonos. En 2014, Friburgo se convirtió en el primer cantón que se comprometió legalmente a apoyar el uso de la madera en la construcción pública. La normativa cantonal prevé el uso de madera para la construcción procedente de los bosques autóctonos del cantón siempre que sea posible. Un ejemplo de ello es la escuela recién construida en Vaulruz, finalizada en 2016 y construida casi en su totalidad con madera de pino y haya locales.
El cantón de Schwyz ideó en 2016 una innovadora torre de madera en la reserva natural y el parque de fauna de Goldau. Diseñada por el arquitecto Gion A. Caminada, nacido en Graubünden, la torre tiene nueve pisos y se compone de 350 metros cúbicos de madera de la región, principalmente de abeto. El proyecto reforzó la cadena de valor regional y ayudó a preservar el bosque de protección local. En septiembre, la torre recibió el premio especial "Madera Suiza" del Prix Lignum, un galardón que se concede cada tres años al uso más visionario e innovador de la madera en Suiza.
La madera es un recurso renovable, es decir, sostenible. El uso de madera autóctona también reduce el transporte y la cantidad de energía gris. El procesamiento de la madera es neutro en términos de CO2. Si otros materiales convencionales utilizados para la construcción y la producción de energía se sustituyeran por madera, Suiza podría reducir sus emisiones anuales de CO2 en dos o tres millones de toneladas. La industria maderera suiza emplea a más de 82.000 personas y fabrica productos acabados y semiacabados de alta calidad. Además, existen otros puestos de trabajo relacionados con otros ámbitos de la explotación forestal.
Wooden art
Veinte estatuas de tamaño natural de destacadas figuras públicas suizas talladas en diferentes tipos de madera autóctona se utilizaron recientemente para concienciar al público sobre la importancia de la madera autóctona. La campaña #WOODVETIA para promover una mayor dependencia de la madera suiza fue lanzada en 2017 por la Oficina Federal del Medio Ambiente junto con la industria forestal y maderera suiza. El objetivo de la campaña es sensibilizar a la población y animarla a comprar más productos fabricados con madera suiza. Las autoridades forestales suizas también se centran en los abetos autóctonos para el comercio anual de árboles de Navidad, con el fin de promover una producción sostenible y ecológica. Cada año se talan en Suiza 150.000 árboles de Navidad por un valor de 5 millones de francos.
Pero la madera suiza no es sólo para edificios y obras de arte: también se utiliza para fabricar objetos prácticos de uso cotidiano, como los lápices. La empresa suiza Caran D'Ache confiere a sus instrumentos de escritura un toque individual y local utilizando maderas típicas de las distintas regiones, como el pino suizo de los Grisones, el haya del Jura y el pino de los Alpes.