Transporte público suizo: sustentable por naturaleza
El transporte público suizo es el medio preferido por residentes y turistas para viajar por Suiza. No sólo por su incomparable comodidad y conveniencia, sino también porque el Swiss Travel System es una de las formas más respetuosas con el entorno para recorrer el país. Y con la creciente demanda por formas de movilidad más amigables con el ambiente, los viajes en tren y el transporte público están asistiendo a un renacimiento en toda Europa y más allá, un desarrollo positivo respaldado por un estudio que sugiere que los viajeros están dispuestos a pagar un adicional a cambio de opciones de viaje más sostenibles (Booking: 2022).
Las empresas y las personas deben analizar críticamente el impacto de su producción y de su comportamiento en la sociedad y en el ambiente. Esto da lugar a una avalancha de información a medida que el tema gana fuerza y se convierte en un elemento central de la responsabilidad social de las empresas. Desde los lavavajillas y los detergentes hasta las cadenas de comida rápida y el pescado al vapor, ahora casi todos los productos afirman ser sostenibles de una forma u otra. Los peligros son evidentes: la sostenibilidad corre el riesgo de convertirse en una palabra de moda para los profesionales del marketing, lo que hace que los consumidores no sepan diferenciar a los actores plenamente comprometidos con el cambio de aquellos que simplemente desean aumentar sus ventas. Pero el debate en torno a la sostenibilidad es más complejo de lo que parece a primera vista y abarca tres dimensiones: ambiental, social y económica. El sector turístico no es una excepción.
Viajar a lugares cercanos y lejanos es uno de los lujos de la era moderna, y ha llegado para quedarse. Desde los estudiantes que se toman un año sabático y recorren Europa con un pase de Eurail o Interrail hasta aquellas familias que vuelan a Suiza en un viaje turístico, ambos tienen garantizado volver a casa con recuerdos para toda la vida.
Visitar Suiza es un sueño compartido por millones de personas. Y es lógico. El país alberga una gran cantidad de lugares fascinantes. Algunos han alcanzado el estatus de iconos, reconocidos por su trascendental belleza. Mientras que ciertos iconos están a la vista, otros están escondidos en lugares remotos a los que sólo se puede acceder en transporte público.
Un ejemplo es el Alp Grüm, en el cantón de los Grisones. Situado a 2.098 metros sobre el nivel del mar, está rodeado de glaciares y vegetación únicos en la región. Los visitantes sólo pueden llegar a este remoto lugar en tren; ningún coche les llevará hasta allí. Se encuentra en la ruta del Bernina Express, operado por la Rhaetian Railway, una compañía de trenes que utiliza exclusivamente energía de fuentes sostenibles. Desde 2013, toda su flota de trenes funciona al 100% con energía hidroeléctrica.
Zermatt es otro de los destinos de la lista de deseos de quienes viajan a Suiza. Los coches están prohibidos desde 1963: en la ciudad, los visitantes sólo encontrarán vehículos eléctricos compactos limitados a 20 kilómetros por hora. Y la mejor manera de llegar es un tren cremallera. Por supuesto, también se puede optar por el Glacier Express. Este tren panorámico de primera calidad une dos espectaculares estaciones de montaña: St. Moritz y Zermatt.
En su conjunto, Suiza cuenta con once destinos libres de coches, como Zermatt, Saas-Fee, Wengen, Stoos y el Rigi. ¡Así que ciertamente se recomienda tomar el tren!
Una cuestión de balance.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de sortear el dilema de viajar al extranjero mientras se mantiene una cierta conciencia ambiental? El deseo de explorar nuevos lugares es tan antiguo como la existencia humana, y viajar puede conducir a nuevas percepciones, a una mayor comprensión intercultural y a conexiones duraderas que tienen un valor incalculable. Ser un viajero consciente tiene que ver con el equilibrio y, en última instancia, uno puede emprender unas vacaciones largamente planificadas siendo consciente del impacto que tiene el viaje. Además de las consideraciones ambientales, también hay que pensar en los beneficios económicos y sociales que conlleva el turismo. La industria del turismo contribuye directamente al PBI de Suiza al crear puestos de trabajo, desde el personal de los hoteles hasta los instructores de esquí y las empresas ferroviarias.
Dependiendo de la procedencia de los turistas, el viaje en avión puede ser inevitable. Pero una vez en el país, tienen una plétora de oportunidades para desplazarse minimizando su impacto ambiental.
Los argumentos a favor del transporte público en Suiza son convincentes: es cómodo, eficiente, está perfectamente sincronizado y, en definitiva, es una forma estupenda de llegar cómodamente al destino mientras se disfruta del hermoso paisaje. Además, es uno de los medios más respetuosos con el clima para recorrer el país. Por su diseño, se construyó para trasladar a un gran número de personas de un lugar a otro de la forma más eficiente posible. En 2019, los Ferrocarriles Federales Suizos registraron una media de 1,32 millones de pasajeros al día (sbb.ch), ya sean turistas o personas yendo a trabajar. Y el hermoso panorama está incluido en el costo del boleto.
Suiza cuenta con la red de transporte público más densa del mundo. Como organización, Swiss Travel System representa los intereses colectivos de las empresas de transporte público en Suiza. Anima a los visitantes a experimentar las virtudes del transporte público suizo y, como resultado, también promueve los viajes en tren, autobús y barco por todo el mundo. El Swiss Travel Pass es el billete que eligen tanto los que visitan Suiza por primera vez como los viajeros experimentados. Está disponible en versiones válidas para 3, 4, 6, 8 o 15 días. Sus poseedores se benefician de viajes ilimitados en el transporte público suizo durante el tiempo de validez del pase elegido. Esto incluye viajes en tren, autobús y barco, y se extiende a los populares trenes panorámicos. También sirve como pase para museos, ya que permite a los titulares acceder a más de 500 museos de Suiza. Además, los viajeros disfrutan de un descuento de hasta el 50% en la mayoría de los ferrocarriles de montaña.
Quedate más, disfruta más.
La cuestión de la conciencia ambiental, la llamada environmental citizenship, ha cobrado fuerza en los últimos años y muchos consumidores exigen cada vez más una gama más amplia de opciones de viaje que se ajusten a sus valores.
Año tras año, Suiza es mencionada en los rankings como una de las naciones más sostenibles del mundo. Sin embargo, las encuestas también muestran que muchos viajeros e incluso expertos del sector aún no son plenamente conscientes de ello. Por ello, uno de los principales retos de la industria turística suiza es aumentar la visibilidad y crear nuevos paquetes de viajes sostenibles. Suiza Turismo ha abordado esta cuestión creando una etiqueta llamada "Swisstainable". Su objetivo es llamar la atención sobre la gran cantidad de opciones de viaje, alojamiento y experiencias sostenibles que existen en Suiza. Uno de los aspectos se refiere a la movilidad dentro del país, y aquí es donde entra en juego el Swiss Travel System. En su declaración de intenciones, Swiss Travel System expresa su objetivo de garantizar que todos los visitantes puedan utilizar cómodamente el tren, el autobús y el barco para llegar a su destino en Suiza.
El Swiss Travel System es una opción atractiva para todos aquellos que no quieren perderse las principales atracciones al tiempo que planifican su itinerario y su forma de transportarse de forma ecológica.
Los viajeros individuales provenientes del extranjero han descubierto el "slow travel" como alternativa a los viajes más cortos, con todos sus inconvenientes. Por eso, el Swiss Travel Pass de 15 días, también disponible en versión flexible, es ideal para ellos. Ha sido diseñado para ofrecer a los visitantes la oportunidad de descubrir Suiza en profundidad y darles la máxima flexibilidad. Por ello, tiene en cuenta los tres aspectos que contribuyen a nuestra comprensión de la sostenibilidad: sociales, ambientales y económicos.
¿Qué tipo de viajero eres?
Los hechos hablan por sí mismos: según la Asociación de Transporte Público de Suiza, incluso los coches eléctricos emiten hasta 13 veces más dióxido de carbono que un viaje comparable en tren. La diferencia es aún mayor entre los trenes y los coches no eléctricos: los trenes emiten hasta 27 veces menos dióxido de carbono. En general, cuando se considera la cantidad total de dióxido de carbono emitida por todas las formas de transporte, los trenes representan sólo el 0,2%. Por lo tanto, los visitantes de Suiza pueden hacer una elección consciente y reducir su impacto en el medio ambiente eligiendo atravesar el país en transporte público (Verband öffentlicher Verkehr, Litra).
Pero, ¿cómo pueden los interesados medir de forma confiable su impacto en el medio ambiente? Los Ferrocarriles Federales Suizos ofrecen una práctica calculadora que permite estimar el impacto medioambiental. El siguiente gráfico ilustra la cantidad de dióxido de carbono que se puede evitar emitir tomando el tren de Zúrich a Berna en lugar de conducir:
Una industria cambiante.
En Suiza, la época de las locomotoras de carbón es cosa del pasado. Desde la creación de los primeros ferrocarriles suizos en 1847, el transporte público suizo ha hecho grandes progresos para reducir su impacto en el ambiente. Por ejemplo, el 90% de la energía necesaria para el funcionamiento de los trenes de los Ferrocarriles Federales Suizos (SBB) procede de fuentes de energía renovables. Se prevé que esta cifra alcance el 100% para el año 2025. La compañía SBB también se ha comprometido a ser neutral en cuanto a emisiones de carbono para 2050 y han aplicado numerosas medidas de ahorro energético. A través de un sistema de "control adaptativo", los conductores de trenes pueden, por ejemplo, evitar paradas imprevistas en las señales de parada y conducir de forma más ecológica.
En 2021, SBB puso en marcha un proyecto piloto que le permite adaptar sus necesidades energéticas de forma más flexible. La mejor manera de ilustrarlo es echando un vistazo al horario sincronizado que se introdujo por primera vez en 1982. Esta ingeniosa innovación, antes considerada imposible, reduce el tiempo de viaje entre las principales ciudades de Suiza, como Zúrich y Berna, a menos de una hora. El horario está configurado de tal manera que los trenes llegan y salen al mismo tiempo antes y después de la hora. Este sistema garantiza un horario coherente y unas conexiones fluidas a lo largo del Swiss Travel System. Sin embargo, también significa que la demanda de energía es especialmente alta durante las horas punta, cuando la mayoría de los trenes salen de la estación dentro de la misma franja horaria. Calentar las vías y los vagones requiere energía adicional. Aquí es donde entra en juego un software especial. Éste detiene el calentamiento de las vías y los vagones cuando la demanda de energía es máxima, lo que ayuda a aliviar la situación. Por este proyecto piloto, SBB recibió el prestigioso premio Watt d'Or award del Ministerio Federal de Energía en 2022.
Como se ha mencionado anteriormente, la huella energética de los Ferrocarriles Réticos es aún más impresionante, ya que sus trenes funcionan totalmente con energía hidroeléctrica. Además, su sostenibilidad energética en los trenes y en las estaciones de ferrocarril se está mejorando continuamente, ya sea mediante controles de aire exterior que minimizan el CO2, energía renovable para la calefacción o modernos conceptos de reciclaje.
Muchos de los ferrocarriles de montaña de Suiza se construyeron a principios del siglo XX. Contribuyeron a la popularidad del turismo alpino y permitieron a la gente visitar lugares que antes eran de difícil acceso. Hoy en día, muchos de estos ferrocarriles de montaña han sustituido su material rodante para que su funcionamiento sea más eficiente desde el punto de vista energético. Por ejemplo, el ferrocarril de Rigi. En 2022, sustituyó parcialmente su flota por modelos de última generación. Estos devuelven la energía de los frenos generada en el trayecto a la red eléctrica, donde puede utilizarse para alimentar los vagones en su ascenso a la cumbre. Otros trenes también han aplicado esta idea inteligente.
Otros recurren a la energía solar para satisfacer sus necesidades energéticas, como el teleférico Staubern. Es el primer teleférico del mundo que funciona con baterías y que lleva a la cima dependiendo exclusivamente de la energía solar. Cabe destacar que no sólo produce energía, sino que también la almacena, por lo que los paseos nocturnos no suponen ningún problema. Además, los cables de las vías de ambas telecabinas llevan incorporado un cableado que suministra energía al restaurante de montaña cercano.
El monte Stanserhorn es otra excursión muy popular entre los viajeros y un ejemplo de conservación de la energía. La experiencia consiste en un tren cremallera construido en 1893 y un paseo en el moderno CabriO, un teleférico que lleva a los visitantes desde la estación central hasta la cima. También ha hecho de la sostenibilidad una prioridad: la energía procede de recursos renovables, y grandes paneles solares generan suficiente energía para el funcionamiento del restaurante.
Cuando se habla del sistema de transporte suizo, a menudo se pasan por alto los barcos. Pero, al igual que los trenes y los autobuses, desempeñan un papel importante en la red de transporte público. El MS Diamond, en el lago de Lucerna, es el primer barco de Suiza que funciona exclusivamente con electricidad. Se espera que este impresionante desarrollo inspire a otros en el futuro.
Se mire por donde se mire, el transporte público en Suiza es la forma perfecta de explorar el hermoso país. Las conexiones frecuentes garantizan que los viajeros puedan llegar a los puntos turísticos y a las aldeas más remotas en un abrir y cerrar de ojos. Garantizan una experiencia de viaje fluida y ofrecen impresionantes vistas a lo largo del camino. Para los viajeros que se inspiran en el dicho "No dejes más que huellas y no te lleves más que recuerdos", el Swiss Travel System es el camino a seguir.