La historia de la emblemática vaca de madera de Suiza
Hecha y pintada a mano en Suiza durante generaciones, la vaquita de madera es un símbolo de los valores suizos: moderna y dinámica, pero arraigada en sus tradiciones. Y hasta hoy se considera el juguete más famoso inventado en Suiza. Su atractivo universal confiere a cada vaca un toque mágico que todos los niños pueden sentir.
En Suiza, la vaca es un ícono. Sin ellas, no habría leche, ni queso, ni chocolate. Nuestros campos quedarían extrañamente vacíos, y echaríamos de menos el sonido de las campanas en nuestros oídos. La vaca forma parte de la historia y las tradiciones locales de Suiza, e incluso se ha convertido en una de las embajadoras del país. Por suerte, también hemos inventado las vacas de madera de bolsillo, que hacen las delicias de grandes y pequeños desde generaciones. También deleitan a un buen número de turistas, atraídos por esta pieza en miniatura del patrimonio suizo.
Había una vez en una granja en los Alpes...
Situemos la escena: un anciano en su granja alpina al atardecer, sentado a la luz de las velas. Está agotado por su repetitivo día a día, cuidando incansablemente de su ganado. Mientras su hijo duerme, el granjero saca el pedazo de madera blanda y húmeda de ayer y sigue esculpiendo con su cincel, tallando la redonda panza y el cuello del animal, donde colgará una pequeña campana una vez terminado el juguete. Concentrado en sus metódicos movimientos, piensa en la alegría de los ojos de su hijo cuando encuentre la vaca de juguete en Navidad y, por un momento, el cansancio y las penurias de la vida alpina se desvanecen.
Así es como surgió la vaca de juguete de madera: lisa, sencilla y esculpida a partir de un solo bloque; en algún lugar del Oberland bernés, cuna de la talla tradicional en madera.
Un proyecto manufacturero
La vaca de juguete de madera se ha vuelto industrial y, aunque tiene profundas raíces en Suiza, su éxito es mundial. La aventura comenzó en 1938 con la famosa fábrica de la empresa Trauffer, cerca de Brienz, y ahora abarca tres generaciones. Los juguetes de Trauffer se siguen fabricando a mano hasta el día de hoy.
La vaca Trauffer, que se ha convertido en una pieza imprescindible en las tiendas de souvenirs suizas, está hecha de madera de tilo local. Están talladas, pulidas y pintadas a mano; son esculturas atemporales que han resistido la vorágine del mercado del juguete en los últimos años. La fábrica Trauffer, que aún puede encontrarse en Hofstetten bei Brienz en el Oberland bernés, produce más de medio millón de juguetes al año.
Un símbolo de nuestros valores
Robusta, sencilla y única, la vaca de madera encarna a la vez la tradición y la suficiencia, dice Marc Trauffer, nieto del fundador y director de la empresa desde 2008. Ueli Maurer es uno de los orgullosos propietarios de la icónica vaca de juguete con sus parches rojos. Durante su discurso presidencial de Año Nuevo en 2019, declaró: "La vaca de madera simboliza nuestras tradiciones, valores, democracia directa y federalismo".
En 2015 se convirtió también en la mascota de la unidad del Departamento Federal de Asuntos Exteriores encargada de promover la imagen de Suiza en el extranjero, Presencia Suiza. Bautizada como Happy Lilly, esta vaquita de bolsillo con manchas rojas es atesorada por muchos suizos expatriados alrededor del mundo – desde Marruecos hasta Australia y Nueva York – como un ancla que los une a sus raíces.
No dejen de seguir las aventuras de Happy Lilly por Suiza y el extranjero: @HappyLilly_
Artículos publicados originalmente en Le Temps:
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La petite vache en bois, une "suissitude" en cadeau, por Aïna Skjellaug, diciembre de 2020
- La vache en bois, cet animal totem, por Chams Iaz, julio de 2020