Tradiciones de diciembre en Suiza

Tradiciones de diciembre en Suiza

Diciembre está lleno de magia, festividades y luces, si bien cada tanto puede surgir algo de otro mundo. Es una época conocida por sus abundantes celebraciones de fin de año, especialmente tradiciones cristianas como San Nicolás (Santa Claus) y la Navidad.

Otras costumbres rinden homenaje al trabajo de los agricultores suizos. En la parte francófona de Suiza, por ejemplo, las tradicionales decoraciones de los troncos de Navidad son una referencia al trabajo en el campo en la primavera venidera. Otras tradiciones están relacionadas con el ancestral temor a las noches oscuras de invierno. Antes la gente creía que durante los doce días de Navidad la puerta a la tierra de los espíritus y los muertos quedaba abierta y dejaba entrar un ejército salvaje que solo podía detenerse con contrahechizos y rituales de protección. La solución era simple: ser más terrorífico que los demonios de la oscuridad para ahuyentarlos. Esto quería decir hacer un ruido ensordecedor y usar máscaras aterradoras, incluso usar fuego y enebro si era necesario... ¿Pero por qué tenemos más festivales en otoño e invierno que en verano? Bueno, en parte porque las familias agrícolas y ganaderas casi no tenían un minute libre en los meses de verano. Sólo cuando sus tareas en los campos y las pasturas alpinas llegaban a su fin tenían tiempo para prepararse para festividades: bordar y coser, tallar y pintar máscaras, hacer música y hornear todo tipo de delicias. Las tradiciones y los rituales hacen la vida más colorida y hermosa, un momento memorable en la vida cotidiana que también le da estructura al año. Una costumbre compartida puede entibiar el corazón y reconfortar el alma, en especial en los fríos meses de invierno. Después de todo, ¡no hay nada mejor que celebrar juntos!   

"Festivals & Traditions" by Barbara Piatti and Yvonne Rogenmoser, © Yvonne Rogenmoser

TRADICIONES DEL DÍA DE SAN NICOLÁS

A San Nicolás se lo celebra de formas muy diferentes en todo el mundo. En los Estados Unidos, trae los regalos en la Nochebuena, pero en Suiza, visita a los niños el 6 de diciembre. A veces es un hombre alegre con una gran barriga y mejillas rosadas, y otras es muy estricto y regaña a los niños traviesos, por ejemplo, si no se cepillaron bien los dientes. Pero siempre viste de rojo y tiene una larga barba blanca. Los niños suizos memorizan versos cortos y los recitan cuando San Nicolás viene a visitarlos. A cambio, él les da naranjas, chocolate, nueces y alguna galleta de jengibre.

En la actualidad, Santa Claus llega de muchas maneras diferentes. En Friburgo, se sienta sobre un burro que se llama Babalou. En Näfels, un carruaje lo recoge en el bosque. En Brunnen, cruza el lago en bote. En Interlaken, viaja en tren. Y en las ciudades de Basilea y Zúrich, a veces hasta se sube a su motocicleta.

Santa Claus on Harley Davidson
© Yvonne Rogenmoser

Los burros del Día de San Nicolás en Oberägeri y Unterägeri

En las comunas de Oberägeri y Unterägeri, los niños fabrican cabezas de burro de madera y las insertan en palos largos. Luego usan la cabeza de burro para golpear en la ventana de los vecinos, y abren y cierran la boca del burro con una cuerda. ¡Obviamente tiene mucha hambre! La boca del burro tiene una bolsa de tela, y los vecinos colocan dulces, jengibre, chocolate y alguna moneda.

St Nicholas Day Donkey
© Yvonne Rogenmoser

Desfile del Día de San Nicolás en Küssnacht am Rigi

En el desfile, mil cuatrocientos niños y hombres con cencerros y vestidos con los tradicionales trajes blancos de los pastores atraviesan el pueblo. Son seguidos por otros, también de blanco, que llevan enormes tocados hechos de cartón y papel de seda de colores que se iluminan desde adentro con velas. (Los tocados se llaman ifflen.) Los hombres avanzan con pasos de danza, y si los observamos podríamos pensar que estamos viendo vitrales de una iglesia que recorren lentamente el pueblo.

St Nicholas Day Parade Küssnacht
© Yvonne Rogenmoser

TRADICIONES NAVIDEÑAS

En la Navidad, celebramos el nacimiento de Jesús. Y en la Navidad, todo es maravillosamente festivo: música por todas partes, las iglesias repletas, la gente se viste de gala y todos están con un espíritu festivo. Las familias celebran juntas, decoran el árbol, cantan villancicos, cocinan galletas, comparten una cena especial e intercambian regalos. Por algo los corazones de viejos y jóvenes laten un poco más rápido en la Navidad.

Christmas tree and cookies
© Yvonne Rogenmoser

El tronco de Navidad en Suiza Occidental

La torta es tan linda, ¡que casi no la queremos comer! Tiene forma de rama de un árbol, pero en realidad es una torta esponjosa rellena de una crema mantecosa. La capa de chocolate externa es la corteza del árbol, y está decorada con mariquitas, hojas y hongos de mazapán. En los viejos tiempos, las familias rurales se reunían alrededor del hogar en Navidad, quemaban un leño grande, y luego esparcían las cenizas en el campo como agradecimiento por la cosecha y para tener buena suerte en el año venidero. Hoy en Suiza no es común tener una chimenea, y es muy raro tener un campo al lado de la casa, entonces, en su lugar, la gente se sienta a una mesa decorada para la ocasión y comen una porción de tronco de Navidad (bûche de Noël).

Yule log
© Yvonne Rogenmoser

Al son de las campanas en Morcote

Durante los nueve días anteriores a Navidad y en la Nochebuena, el pueblo de Morcote se reúne por las noches en la torre del campanario, donde hay un acogedor hogar. Todos llevan algo para comer o beber, una botella de vino, salchichas o queso, y se sientan a una larga mesa. Uno tras otro, se ponen de pie, suben la escalera hasta las campanas, y las hacen sonar a mano para crear melodías sencillas pero festivas.

Bell-ringing in Morcote
© Yvonne Rogenmoser

Desfile de sombreros de copa gigantes en Ziefen

Es imposible ponerse este traje sin ayuda. Los enormes sombreros de copa negros miden hasta 4 metros de alto y es necesario fijarlos en la cabeza con varillas de madera y cintas; es fundamental que alguien nos dé una mano. En el desfile, que se realiza en la Nochebuena, vienen primero los sombreros más altos, seguidos por los sombreros medianos y luego los de tamaño normal. Al dar las 9 de la noche, los hombres de aspecto curioso comienzan a avanzar, marchando al unísono de las campanas de la iglesia. El que abre el desfile es un hombre de barba blanca con un trapo sucio de hollín atado a un palo largo. Si alguien se acerca demasiado a la procesión, él le pega con el trapo. Luego de cuarenta y cinco minutos, el desfile se da por concluido y los hombres se dirigen a los restaurantes del pueblo a tomar un refrigerio de Nochebuena.

Giant Top Hat Parade
© Yvonne Rogenmoser

Decoraciones navideñas en Appenzell

Si buscan algo más que un clásico árbol navideño para decorar la sala de estar, el pueblo de Appenzell les puede dar un buen consejo. Ellos preparan una estructura especial de madera y la decoran con cosas deliciosas para comer: galletas de jengibre, una clase especial de galletita de merengue y manzanas. Todos los días durante las cuatro semanas previas a la Navidad, agregan otra exquisitez a la estructura. El día de Navidad, las decoraciones están completas y lucen muy atractivas en los hogares, las vidrieras y los restaurantes.

Decoration in Appenzell
© Yvonne Rogenmoser

Incienso en Appenzell Rodas Interiores

Los pequeños granos del incienso tienen el color del ámbar. Cuando se los coloca sobre brasas encendidas, despiden un perfume aromático. Cuando se los coloca en un incensario, se los utiliza para bendecir hogares, talleres y graneros. Esto es lo que hace el pueblo de Appenzell en la Nochebuena. Y ¡shhh! Se dice que en la Nochebuena, los animales del pesebre pueden hablar en el lenguaje de los humanos. Así que hay que hacer silencio y escuchar lo que tienen para decir.

Frankincense
© Yvonne Rogenmoser

TRADICIONES DE FIN DE AÑO

El final del año es el momento de una gran celebración. ¡Así que traigan los fuegos artificiales y los petardos! ¡Descorchen el champagne para los adultos y el jugo de manzana con burbujas para los niños! Pero en otras épocas, la noche de Fin de Año no era solo diversión. En esos tiempos, la gente creía que la puerta al inframundo estaba abierta durante las doce noches entre Navidad y el Día de Reyes y que los espíritus malignos y las almas de los muertos podían subir a nuestro mundo y volar por el cielo nocturno causando terror. Los fuegos artificiales que seguimos usando hoy son un recordatorio de cómo se usaba el ruido y el fuego para mantener alejados a los fantasmas y los duendes. En algunas tradiciones, aún se puede sentir el temor ancestral a los demonios. 

Fireworks
© Yvonne Rogenmoser

Fogata en St. Gallen

¿Es posible que criaturas tremendamente aterradoras puedan alejar a demonios aún peores? Sí, lo es, y exactamente de eso se trata la tradición de la fogata en St. Gallen. Existe una leyenda sobre el cruel Caballero Rappenstein, que era tan malvado que le echaron una maldición y lo expulsaron a vivir por siempre en un barranco en las profundidades de la tierra. Sólo puede escapar en la víspera de Año Nuevo. Pero mientras atraviesa el pueblo en su caballo blanco, los constructores de la fogata están listos para enfrentarlo. Hacen un lío tremendo con trinquetes y campanas. Cantan canciones para lanzar hechizos y bailan alrededor del fuego con máscaras espantosas hechas con huesos y dientes de animales. Además queman un horrible espantapájaros que se parece al cruel Caballero Rappenstein. Así envían al monstruo de regreso a su abismo, al menos por un año más…

Bonfire St Gallen
© Yvonne Rogenmoser

Desfile del enebro en Laupen

“¡Ya vienen! ¡Ya vienen!” Un grupo de personajes salvajes desciende la colina desde el castillo hasta el pueblo. Hay un líder con doce ‘hombres de la escoba’, y con sus trajes pueden asustar hasta al alma más valiente. Llevan siniestras máscaras de madera y largas y delgadas escobas de enebro. De sus cinturones cuelgan vejigas de cerdo que parecen globos extraños. Detrás de ellos, los campaneros hacen un ruido ensordecedor. Cuando los hombres llegan al pueblo, forman un círculo. Lentamente, bajan sus escobas y las apuntan a la multitud que los observa; esto aleja a los espíritus malvados. El enebro es una medicina ancestral, y en las montañas se sigue quemando el enebro como un tipo de incienso para protegerse de los espíritus malignos en los hogares y graneros.

Juniper Parade
© Yvonne Rogenmoser

Estos extractos son tomados de Feste & Bräuche in der Schweiz, un libro publicado por North South Edition sobre los festivales y costumbres suizas, escrito por Barbara Piatti con ilustraciones de Yvonne Rogenmoser, que invitan a descubrir las cuatro regiones lingüísticas de Suiza a través de sus alegres y coloridas tradiciones.

La edición en inglés del libro traducido por Mary Carozza se publicará en la primavera de 2020.